Con este artículo, apreciado lector, deseo que nos respondamos ¿Quién soy?; ya que es muy común escuchar al hombre, en cualquier círculo social, expresar con toda seguridad: “yo soy así”. ¿Qué peso de verdad posee tal afirmación? ¿Será que el individuo se relaciona desde lo que ES? ¿Quien expresa esto, sabe lo que ES?
Te invito apreciado lector que reflexiones un momento “yo soy así”, es decir, ¿tu genio, tus deseos, tus búsquedas, tu socialización, tu ocupación, tus sentimientos, son verdaderamente lo que eres?
¿Por qué es de suma importancia detenernos un momento en este interrogante? Porque en nuestros grupos humanos nos podemos encontrar, y en nosotros mismo podríamos encontrar, individuos que no son ellos, son el resultado de las muchas circunstancias de la vida, son sencillamente lo que han creado otros para el mundo, no lo que verdaderamente es.
Las circunstancias de la vida, que en un primer momento se nos confieren por nuestro orígene: familia, grupo social, amigos, educación, religión y política, son determinantes pero no decisivos en el individuo. El hombre no está “condenado” por su origen a ser lo que recibe de él. Acertó Jean Paul Sartre (filósofo del existencialismo) en afirmar que “la existencia precede…” pero creo que erro en decir que “…a la esencia” - claro está que el error es visto desde mis creencias - puesto que la esencia está presente en potencia, es decir que puede llegar a ser, en la existencia del hombre. Yo diría que la existencia precede al vivir, recordando mi artículo EXISTIR PARA VIVIR.
Establecer la esencia del hombre a partir del desarrollo de su vida es condenarlo a realizarse desde lo que recibe y tiene, el pobre será desde su circunstancia y el rico desde la suya, teniendo en cuenta nuestras realidades humanas en las que las situaciones socio-económicas son las primeras en determinan o definen la vida del hombre. La afirmación “yo soy yo y mi circunstancia” del filósofo Ortega y Gasset (filósofo de la perspectiva) también favorece a la condenación de la realización del hombre. Vuelvo a decirlo, el hombre puede verse determinado por las circunstancias de la época, lugar y género en el que le correspondió existir pero no puede verse definido, eso sería violentar su primer misión que es realizarse, y sólo logra realizarse desde su esencia, que es propia y única.
Cuando el hombre hace de las circunstancias y de lo que recibe “un todo” se niega la posibilidad de ser lo que ES, y pasa a ser lo que otros van construyendo día a día en él. Es cierto, el hombre está llamado a ser agradecido con los otros hombres que le han dado lo que han tenido cuando éste no tenía nada. Debe reconocer que sin las “habilidades cerradas”- “algunas estrictamente funcionales, -como andar, vestirse o lavarse- y otras más sofisticadas –como leer, escribir realizar cálculos matemáticos o manejar un ordenador.”1 -adquiridas en su desarrollo como hombre, le fuera muy difícil alcanzar “habilidades abiertas” –“son de dominio gradual y en cierto modo infinito. Algunas son elementales y universales, como hablar o razonar y otras sin duda optativas, como escribir poemas, pintar o componer música.”2- necesarias para realizarse. El agradecimiento por la herencia recibida no es excusa para huir de su misión: realizarse como individuo para el bien común. Buscar el bien común no parte de echar a la borda todo lo recibido, sino perfeccionarlo o modificarlo, si fuera necesario, para encontrar la realización de la esencia personal.
El hombre debe encontrarse a sí mismo, debe auto-conocerse, para poder descubrir lo que hay que perfeccionar o modificar. El auto-conocimiento tiene que abarcar todo el ser: deseos, talentos, sentimientos, gustos, miedos, rechazos, defectos. Y para alcanzarlo es menester que se anule de la razón la frase común: “nunca el hombre llega a conocerse”. El auto-conocimiento no es un mito puede ser una realidad, y cuando ella llega, el hombre podrá pronunciar con toda libertad y posesión: “yo soy así”. De lo contrario está llamado a decir con sinceridad: “yo soy lo que me han dado”. El desconocimiento propio enraíza en realizaciones ajenas o condena a no ser lo que es, y estas dos esclavizan a la búsqueda de la felicidad.
Espero complementar con otras reflexiones que nos ayuden a profundizar sobre el auto-conocimiento.
Gracias, apreciado lector.
1. Cfr. John Passamore, citado por Fernando Savater en su libro EL VALOR PARA EDUCAR.
2. Ibis
Hola Augusto. De nuevo por aca a comentarte.
ResponderBorrarPrimero te dejo un abrazo fraternal y me dispongo a hacer mi sintesis.
Quien soy yo? Esta pregunta solo puede tener una respuesta obvia. "Yo soy quien soy"
Esta pregunta se la hicieron a el Dalai Lama y el contesto: "Esta misma pregunta se la hicieron a un gran hombre, Jesus, y como el solo puedo responder que yo soy quien soy".
Si un hombre es rico o pobre esto no se debe a "quien soy". Conocer este aspecto interior es sumamente complicado en razón de que a pesar de que está al alcance directo, de cada uno de nosotros, es este interior infinito.
La misma foram de la razón formada gracias al influjo cultural crea una división entre la comprensión del ser tal cual es en su escencia primaria y lo que despúes comprendemos como el "yo soy" determinado a priori por ese mismo vagaje aprendido.
Esto hace que todo ser tenga una conceopcion de su ser llena de paralogismos. Esto a un pensamiento de "quien soy yo" hipostasiándolo, esto es, considerandose como substrato real o verdadero distinguiéndolo de lo accidental cuando en verdad no hay prueba de tal veracidad.
Esto es moverse en un círculo interminable de ambigüedades y contradicciones.
Uno de los autores mas completos en explicar este fenómeno claramente tal cual lo mostré es Kant, a mi humilde pensar.
Mi posición continua la síntesis al afirmar que no es el hombre rico o pobre, virtuoso en un arte o necio y maleante, por la forma interna de su ser. Esto nadie lo puede saber. Porque tendríamos que acercarnos al hombre en el momento previo al conocer o tener contacto con la cultura que le forma desde su momento de nacer.
Si bien pudiesemos decir del ser, "quien soy yo", y podríamos referirnos a las pulsiones en todos presentes como la vida o el sexo por la naturaleza humana que busca el placer o que teme a la muerte.
En los otros aspectos me parece un viaje personal que debe tomarse con seriedad. Porque el conocimiento más cercano del ser interior permite a un hombre mejorar su vida, ser acertivo, más educado y sensible ante si mismo y todo lo que le rodea.
Gracias por el Texto y podría escribir muchisimas más páginas al respecto pero por ahora te dejo con el centro de mi pensamiento en torno a "quien soy" y las posibles explicaciones.